lunes, 18 de agosto de 2008

Aunque tú no lo sepas.

Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño

Luis G Montero

1 comentario:

Edu Solano Lumbreras dijo...

LA ROSA DE LA IDEA

Te he visto abrirte en tu jardín abstracto,
altiva por tu sueño, peregrina,
en el arriete indemne de las categorías,
tratando de explicar lo inexplicable,
incapaz de decirnos y diciéndonos.

He aspirado tu esencia de durmiente,
pétalo por los siglos, que no cesa,
cuando aguardas los labios del pensar
para resucitarte con su beso.

Al hacerte de carne en las palabras,
hermética en tu cuerpo y ya de todos,
por nuestra intimidad recién nacida
he acariciado en ti a mi confidente,
y me he marchado en mí a lo más lejano.

En la ilusoria ermita de tu huerto,
me eh tumbado a escuchar, desentendido,
la música silente de la umbría,
que en su reserva canta hacia los dioses,
esa otra flor de la inexistencia toda,
de toda insensatez nunca escuchada,
que sólo crece erguida en nuestra mente,
y allí reclama en gloria su vacío.

Roja por liviandad,
blanca en posteridad,
negra de alteridad,
amarilla de allende el más allá,
grave en tu tallo,
humana más que humana,
cuánto sabes de mí, cuánto me escondes.

Como no te menciono más te nombro,
para que por tu ausencia vivas pura,
incólume en belleza imaginaria.


-Carlos Marzal-